Sirvo la cena en la mesa ratona para mis hijos y yo. Desde que volé la mesa del comedor comemos como japoneses.
Miramos videos musicales en el ipad, les hago escuchar U2 y otros de otras épocas, un variadito inglés-español.
Ellos comen, bailan, me preguntan si los que cantan "están vivos". Los miro, pienso que les estoy transmitiendo una parte de mi.
Imagino y me pregunto si algun dia en tiempos remotos le contarán estas cosas a sus hijos.
Me miran con ojos de curiosidad y asombro. Tienen todos sus radares orientados hacia mí.
Que maravilla, los hijos.
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