jueves, 2 de septiembre de 2010

El orín

El otro día fui a que me tomaran una muestra para cultivo en una uña, mi amiga dermatóloga no está segura de que tenga algo que tenga que ser tratado pero, mi juicio sospechoso clínico dice que sí, y que debo ocuparme.

En el mostrador una anciana que estaba antes que yo y tenía los brazos ocupados con mil boludeces, al momento de tener que firmar la orden de su análisis me dijo, “querida, ¿me tenés un minutito esto?”.

Resulta ser que “esto” tenía altas chances de ser un frasquito con orina adentro; por lo que a partir de ese momento la anciana, para mi escala de valores, pasó a transformarse en la vieja del orto que pretendía que le tenga la orina calentita de la mañana para poder firmar la puta orden que decía orina completa.

Se ve que tanto tardé en pensar eso mientras me la quedé mirando con ojos vidriosos que recapacitó, y dejó “esto” sobre el mostrador de atención para rubricar.

Juro que llegué incluso a pensar en decirle te tengo "esto" si vos después te colgas de "ésta", pero me reprimí en su totalidad, lo que a claras muestra que aún soy una persona civilizada.

Me pregunto, ¿cuántos “estos” la gente apoyará por día en esos mostradores?.

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