jueves, 25 de febrero de 2010

El efecto pony

Vivimos en un país en donde 35 Senadores se levantan repentinamente del recinto y lo abandonan, porque no quieren perder su “poder oficialista”. En lugar de debatir democráticamente, se van.

La pelota es mía, me levanto y me la llevo, el miércoles que viene será otro miércoles, parecían decir.

Cual niño caprichoso que no acepta que las reglas de juego han cambiado.

Cuando el ser humano se sube al pony se enceguece, se ve que a esas “alturas” el aire se encuentra narcotizado, quien sabe.

4 comentarios:

Lua dijo...

Igual de indignada!
Peor, porque parece que toda esta paparruchada que no parece para de la democracia, dependía de la presencia o no del senador M... innombrable!
Ufa, no me acordaba que era senador, me amargué por partida doble.
Ahhh...pero también esta semana tuve el placer de escuchar y ver a Abel Albino en la tele, así que calculo que eso me salvó de la desesperanza absoluta.

Jime dijo...

aaah, si... no lo conozco mucho, hace cosas piolas para erradicar la desnutrición, no?

Maisa dijo...

Cuanto más alto sube el monito, más se le ve el culito...

Jime dijo...

y si... ni te cuento de si es tití