domingo, 20 de diciembre de 2009

Digame maestro

El sin sentido, eso, eso es lo que nos descoloca. Conocemos los motivos de algo e independientemente de simpatizar o no con ellos, dejamos de generar ansiedad, angustia y toda clase de sensaciones emparentadas.

El sin sentido.

Aquí estoy, tomando una merienda en mi bar preferido, escribiendo este post, con el diario de hoy abierto, la ADN de ayer, la Barcelona, la anteúltima, y la Revista Ñ haciendo cola.

Acabo de dejar a mis niños con su padre y pese a tan suculenta lectura no puedo dejar de pensar en ellos, en imágenes de diálogos de este fin de semana.

¿Cuál es el sentido de la vida?.

¿Cúal?.

1 comentario:

delivery post-crucifixión dijo...

¿Todavía lo preguntás?

Estás pensando en tus hijos, en tu obra creadora, en toda la entrega que ponés por cuidar de ellos. Por toda la dimensión que ellos han abierto en tu existencia desde que nacieron.

Ellos, configuran tu sentido. Y posiblemente muchas cosas más.

Besito
R.P.