viernes, 30 de octubre de 2009

Yo te respeto, tú me respetas

Los límites, detesto esa palabra, ¿dónde empiezan y donde terminan los derechos de las personas?.

Juguemos. Sr. Juez, ¿me permite un descargo?

Imaginemos que alguien decide invitarte -junto a otras personas- a su casa para compartir una cena.

Supongamos que vos llevás tu cámara de fotos y plasmás el encuentro con un par de clicks!. Supongamos que sos autor/a de un blog, que la pasaste muy bien y que te salís de tus casillas por postear sobre ese encuentro.

Te digo más.
Supongamos que decidís ilustar tu post con una foto grupal que bajás de tú cámara.
Supongamos que surge la pregunta, ¿deberías vos haber consultado previamente a las personas que figuran en esa foto si no les molesta que hagas público tanto la reunión privada como su imagen?.

Levanto la apuesta, ¿te genera alguna sensación de inmunidad diplomática y con derecho extra a publicar sin consultar, el hecho que el origen de la foto se encuentre en la cámara de tu propiedad?.

En lo personal creo que deberías consultar previo a la publicación tanto de la foto como de la noticia sobre el encuentro, la privacidad de uno termina donde empieza la del otro, sobre todo si en algún momento se dejó destilar en el ambiente que se trataba de una reunión con “amigos”.

Por respeto interhumano, sólo por eso.

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