Vive y deja vivir

Los suegros vienen con los hijos, escucho decir en la mesa de al lado mientras desayuno, si es varón se llamará Benjamín, si es una niña, no tenemos, el único problema es que estoy segura de que es una niña. No le pongas Zoe, no me robes ese nombre de mujer, yo no puedo creer que nuestra amistad se termine así, no, lo descubrí buscando en internet, no boluda, no puedo creer, esto realmente es tremendo, te lo dije hace un montón, cuando vaya a tener… nunca hay que contar eso ni la música que vas a usar para entrar a la iglesia.

Imaginé por un instante, pero si deben existir cientos de Zoes en el mundo!, ¿por qué le dice no me robes ese nombre?, ¿cuál es el inconveniente de que les guste a ambas y resulta ser que tienen dos hijas y las dos las llaman igual?. Serán dos Zoes pero no serán iguales.

Yo quería ponerle Merlina a mi hija y Pericles a mi hijo, pero el otro 50% con derecho a voto hizo la gran Cobos, lástima, hubiera sido tan lindo.

Hablando en serio, ojo, lo de Merlina era en serio, la más pura verdad es que a veces me siento tan ajena al mundo, tan distante de tantas cosas que tanta gente considera relevante, no digo que esté mal, ya ni digo eso, ya ni me importa.

Desde hace un tiempo a esta parte mi frase de cabecera es: “cada cual de su culo un pito”.